Pensar el cuerpo de forma consciente, habilita la posibilidad de desanudar conflictos que se hacen carne, así como desarrollar su potencialidad intrínseca. En el cuerpo se alojan pensamientos, palabras y emociones, que se expresan en una bioquímica y una fisiología específica. A su vez, el cuerpo es afectado y nos afecta cuando imaginamos, cuando decimos y cuando sentimos.